Los fotógrafos de la Araucanía se vieron enfrentados a una serie de limitantes  técnicas en la realización de sus fotografías, dificultades que, por lo demás, eran iguales para todos ellos. Este hecho nos hace suponer la existencia de una cierta homogenización en la producción fotográfica de esa época. A pesar de lo anterior, cada uno de estos cazadores de imágenes se preocupó de estampar un particular sello a sus trabajos, enfrentando los diversos desafíos que el retrato les imponía a través de cuidadosas estrategias; una especial ubicación de la cámara, o tal vez una pose distintiva del retratado en ese mágico entorno escénico; o también el tipo de luz utilizada.