Durante la estadía de los mapuche en París, el sucesor de Orélie-Antoine I (1825-1878) – autoproclamado ‘Rey de la Araucanía’ – era Achille Laviarde (1941-1902), más conocido como Achille I. Al conocer la presencia de los mapuche en la ciudad, los comenzó a visitar periódicamente e incluso los llevó, en calidad de ‘súbditos’, al famoso cabaret Le Chat Noir, ubicado en el nº 84 del Boulevard Rochechouart, sector de Montmartre, local preferido de la flor y nata intelectual, artística y literaria de a época. Revisemos el testimonio del propio periódico del cabaret.
Le Chat Noir, nº83, sábado 11 de agosto, 1883, p. 124)
“El Chat Noit no solo recibe solamente húngaros y elefantes. El pasado jueves, los poetas, los hombres políticos que han tomado el hábito de oponerse a las cosas tristes a excepción de alguna del siglo de Grévy Jules y de Wilson, fueron sorprendidos por una delicada atención del príncipe Achile de la Araucanía. A las diez de la noche, en el momento en que, triste, el bulevar Rochechouart se dormía, 14 breacks del Jardín de Aclimataci´pn traían, bajo las órdenes del príncipe, a los guerreros araucanos, esos indomables enemigos de Chile (Varo).
Magníficos como bronces antiguos, los araucanos son los hijos de una raza inteligente y enérgica que nos ayudará (eso esperamos) a clavar en el sur de América, en aquel país tan rico en yacimientos auríferos, nuestra vieja bandera francesa. Esta obra es, además, seguida con gran perseverancia e inteligencia patrióticas por el señor Achille Laviarde, designado como sucesor por el rey Orelie Antoine. El resultado, hay que esperarlo, será alcanzado pronto a pesar de los cuentistas y de las gentes de mala fe que se ríen de esta empresa sublime. Aumentar la grandeza de su país y sus riquezas no es el objetivo ni de un hombre vulgar ni de un corazón estrecho.
Que el señor Laviarde, que el príncipe Achille de la Araucanía reciban garantía de nuestra profunda admiración y de nuestra gran simpatía por esta potente obra.
R.S”