Formando parte de diversas mercancías de la cultura pop, ciertas fotografías de mapuche participan del proceso de consumo de unas visualidades étnicas.  Son artefactos de la cultura material moderna y contemporánea que actualizan un sujeto primitivo y exótico, para ser consumido en el ámbito de lo cotidiano que va desde el suvenir turístico al recuerdo folclórico.

 Desde la sociedad en general, es decir desde lo exógeno, el estatuto referencial de una pertenencia étnica atribuida a estas imágenes es tan potente, que las habilita para visibilizar lo mapuche en variados objetos. En estos soportes se visualiza un sujeto construido bajo una extrema diferencia estética, como fragmento de un pasado que fue y ahora se actualiza formando parte de nuestro consumo cotidiano, en diversos momentos y situaciones.