En el oficio de fotógrafo resulta vital la cámara, aparato que sintetiza un largo proceso por fijar fragmentos de realidad, y que tiene sus antecedentes en la cámara oscura, utilizada ampliamente en la pintura. Para esta trinidad de fotógrafos (Valck, Milet y Heffer), era un aparato de grandes proporciones y peso, que además requería estar fija por varios segundos para obtener un retrato de calidad, por este motivo era imprescindible el uso del trípode. Si bien este instrumento soluciona el tema de la inmovilidad, al sujetar firmemente la cámara, abre nuevas limitantes, ya que restringe los ángulos de encuadre, puesto que los trípodes de ese periodo permitían una variación de no más de 20°. Este hecho vendría a explicar la similitud de encuadre que existe entre Valck, Milet y Heffer, siendo característico de sus trabajos la rectitud del ángulo de toma, donde cámara y retratado se encuentran frente a frente.